viernes, 15 de junio de 2012

Euro 2012. Segunda jornada Grupo C


La segunda jornada del grupo C se abrió con un emocionante Italia contra Croacia. Son dos países unidos por la Historia, puesto que la Dalmacia, región en la que se encuentran ciudades importantes como Split, Dubrovnik y Zadar, fue veneciana durante setecientos años y conquistada por el Estado italiano de Mussolini durante la Segunda Guerra Mundial. No sé cómo serán las relaciones entre los dos países desde entonces, pero es curioso la violencia con la que hinchas croatas pitan el himno italiano en los prolegómenos del partido.

Italia domina el primer tiempo gracias al que para mi es el mejor futbolista del mundo en la actualidad, Andrea Pirlo. En unos tiempos en lo que lo determinante en el fútbol es la condición física, correr y aguantar más que nadie (haciendo parte fundamental del deporte a los médicos de los equipos), Pirlo suple todas sus carencias con una calidad excepcional. Con gran inteligencia administrando sus esfuerzos, sabiendo exactamente cuándo hacer una conducción larga de balón y cuándo meter un pase largo, cuándo presionar la salida del contrario y cuándo mantener el rigor posicional. No hay nadie como él.

Le acompañan en esta gran Italia de Prandelli un montón de grandes futbolistas, dispuestos además de una manera original y poco dogmática sobre el terreno de juego. Tres centrales que no significan un planteamiento defensivo. Entre los bulldogs Bonucci y Chiellini se sitúa Daniele De Rossi, el ya veterano centrocampista de la Roma. No actúa como el clásico líbero, ya que rara vez rompe líneas de presión mediante conducción larga de balón, sino que es como el punto central de un eje que da seguridad a los dos centrales y que permite combinar sin problemas con Pirlo en un sentido vertical. Lo que permite De Rossi es que la primera línea de presión croata se adelante y así Italia pueda romperla con calidad y rigor, y no con un pelotazo o un pase horizontal de un central común.

La línea de tres centrales permite las subidas largas de los laterales. Son los únicos hombres de banda en esta Italia, que no tiene ni volantes ni extremos. Son los encargados de dar profundidad al juego de ataque, pero también por su largo despliegue en el campo, un punto débil de la defensa italiana. Ante una España sin bandas y con poca profundidad de los laterales, Italia pudo armarse bien. No sucedería lo mismo con Croacia. También es cierto que con la habilidad de Pirlo para trazar pases verticales hacia los delanteros, los italianos usaron poco el desborde por banda.

Junto a Pirlo, en la media, el completísimo Marchisio, que hizo de todo durante el partido, incluido una clarísima ocasión de gol precedida de un recorte espectacular a un defensa; y Motta, ese jugador demasiado plano y previsible, pero con fuerza y trabajo. Uno de los pocos jugadores donde Italia puede mejorar lo presente, quizás con Montolivo o el oportunismo de Nocerino. Y arriba, Antonio Cassano y Balotelli, dos delanteros de gran calidad, imprevisibles, y por eso mismo irregulares. A Balotelli no lo hemos visto aún en su mejor versión, pero dio un salto de calidad respecto al primer partido, donde estuvo bastante perdido. Intimidó con sus lanzamientos lejanos y con su potencia en el área. Cassano estuvo demasiado tiempo en el campo. Un jugador que hace poco más de seis meses estaba siendo tratado por un complicado ictus isquémico no debería estar para jugar casi completos estos dos partidos de gran intensidad.

Italia lo hizo todo en la primera parte. Jugó de maravilla, dominó y tuvo muchas ocasiones. Todas nacían de las botas de Pirlo, que distribuía a placer ante un medio del campo croata desbordado. Enfrente tenía a un jugador de enorme calidad como Luka Modric, pero al que le falta la personalidad y la consistencia de Pirlo, la confianza en su juego y tener una noción más clara de los tiempos en el fútbol. Quizás el error de Modric fue irse a una liga como la inglesa, demasiado vertical, demasiado rápida. Un jugador como él necesita aprender las pausas, saber manejar los tiempos del partido. Ser un doctor para su equipo. En el Tottenham, un equipo demasiado ortodoxo, termina convertido en un jugador de transición y no en el corazón de la escuadra. Un jugador desaprovechado.

El resultado de la deriva croata fue el dominio claro de Italia, que se fue al descanso con ventaja gracias a una preciosa falta ejecutada con talento por Pirlo. El justo premio para este enorme jugador. Italia parecía tener el partido asegurado, puesto que Croacia ponía pundonor, pero quizás le faltaba unión entre sus líneas.

Faltaban jugadores con personalidad, y apareció para Croacia en el segundo tiempo su capitán Darijo Srna, el futbolista que tiene todo lo que le falta a Modric. Srna comenzó a poblar la banda derecha al mismo tiempo que Croacia comenzó, poco a poco, a comerle terreno a Italia. Y a Srna le acompañó, o quizás le superó, su compañero por la otra banda, Ivan Strinic, sin duda el jugador del partido para Croacia. Desesperó a Giaccherini y colgó uno y mil balones. Normalmente no encontraban a Jelavic y a Mandzukic, pero fue la principal arma de los croatas.

Italia era la norma del partido y Croacia la excepción. Es decir, los azzurri construían el piso sobre el que se asentaban los dos equipos. Era la que daba forma al partido, la que medía los tiempos, mientras que Croata trataba de romper esa hegemonía con ataques directos, a partir de jugadas de banda. Con Modric a bajo nivel y Rakitic sin encontrar su lugar en el campo, Croacia se encomendó a sus laterales. Y le salió bien. Un centro de Strinic que no ataja Chiellini, lo caza Mandzukic que la rompe ante un Buffon que sale bien. Pero el balón da en el poste derecho y se cuela con suerte en la portería. Nada puede hacer la gran colocación del portero italiano.

Con dieciocho minutos para el final, el partido no varió su situación. Italia siguió manteniendo la posesión, aunque nunca fue tan incisiva como en la primera mitad. Bajó Pirlo y bajó toda Italia. A Montolivo, que entró por Motta, le falta mucho para equipararse al maestro lombardo. Arriba, Balotelli, que había sido el mejor delantero, fue sustituido por Di Natale, que apenas tuvo presencia como compañero de un decadente Cassano. El cambio por Giovinco llegó demasiado tarde, y el pequeño enganche apenas tuvo tiempo. Aún así, fue el único de los cambios que intentó aportar novedad al esquema italiano, con sus furiosas entradas por la banda derecha. En el mismo minuto que entró Giovinco, lo hizo Eduardo en Croacia. Otro cambio para aportar algo diferente, pero también llegó demasiado tarde. El futbolista de origen brasileño puede aportar algo más de cuerpo al juego croata, bajar algo a recibir y combinar con los jugadores de medio campo, frente a la mayor contundencia de los titulares Jelavic y Mandzukic. Pero con poco tiempo, Eduardo salió algo ansioso, y Croacia ya estaba más concentrada en retener a Italia y salir demasiado rápido al contraataque para aprovechar la fina calidad de su antaño muy prometedor delantero.

Fue un empate justo. Italia tuvo más ocasiones, pero Croacia tuvo el coraje de salir a por el partido en la segunda parte, ante un equipo que era superior a ellos e iba con todo a favor. Una pena para Italia, la mejor Italia en años, la más bella, que puede quedarse fuera de este campeonato por las combinaciones de la última jornada. Esperemos que la dictadura de los resultados no invalide la fantástica propuesta de Prandelli.

En cuanto al otro partido, no hubo más historia de la que quiso narrar España. La fortuna nos privó de un partido emocionante, pues en el minuto cuatro, una combinación de errores le deja un balón a Torres dentro del área, que el delantero español ejecuta con tranquilidad. Mucha sangre fría para el delantero, que en el partido anterior se había mostrado muy ansioso. El partido perfecto para España. Salir con ventaja desde el inicio y tocar, tocar, tocar. Irlanda no adelantó la presión, y únicamente buscó algún error español para salir rápido a la contra, pero pocas veces se dio esa posibilidad y ningún jugador irlandés tuvo la suficiente habilidad para realizarla con la maestria necesaria.

Consiguió Irlanda, eso sí, que la posesión española fuese la mayor parte del tiempo inútil. Con uno a cero, los de Del Bosque no vieron necesario arriesgar, así que faltaron más movimientos entre líneas, más rotación del medio del campo. Destacó Arbeloa, muy criticado en el primer partido, que se incorporó una y otra vez por una banda derecha desatendida por los irlandeses. Quizás fue una buena decisión, ya que el carrilero del Real Madrid no posee gran calidad ni muchas virtudes atacantes, pero por eso mismo creo que es digno de valorar su esfuerzo.

De los tres mediocentros Xavi, Xabi Alonso y Busquets, el que llevó más peligro atacante fue el tolosarra, que con sus pases potentes conseguía quebrar muchas líneas de presión rivales. Xavi, por contra, daba tranquilidad y mesura al partido. Y Busquets le aplicó el equilibrio necesario. Arriba combinaban Silva e Iniesta, pero con la tranquilidad del gol quizás jugaron con la marcha puesta y faltó la jugada excepcional que diera el segundo gol.


En la segunda parte, España mejoró, al igual que contra Italia. Y de nuevo fue por una mayor intensidad y dándole más velocidad al balón. Por momentos fue una exhibición, acompañado además por goles. Silva, Torres y finalmente Cesc. Nadie destacó en una escuadra que realizó el mejor fútbol del campeonato, algo que siempre hay que coger con cuidado por lo dicho al principio: ir ganando desde el minuto cuatro facilita las cosas, y más si eres España y enfrente tienes a Irlanda. Tampoco se trata de minusvalorar el enorme trabajo, pero es la primera vez que vemos un desequilibrio tan claro entre dos selecciones.

En Irlanda el mejor fue su portero, Shay Given, que sacó tres manos portentosas. Disparos a bocajarro que despejó con muy buenos reflejos. Tuvo que terminar desesperado con una defensa lentísima, tanto en la marca como en el despeje. Desapareció el medio del campo. A Andrews ni se le vio. Y arriba McGeady, Duff, Keane y en la segunda parte Walters se mataban por cazar algún despeje. Muy poco para Irlanda, pero quizás no tenga más. Ni lo necesita. Para ellos es un logro haber llegado hasta aquí. Se han quedado fuera selecciones más potentes y les ha tocado un grupo en el que partían con clara desventaja. Irreprochable su competición. Y se van con un premio muy importante, la mejor afición del torneo, que se pasó todo el partido animando (hermanada con los hinchas españoles en un gesto precioso) y abrumó al estadio con unos últimos diez minutos de cánticos ahogados. Comportamientos como estos consiguen borrar la mala imagen del fútbol que han dejado estos días aficionados polacos, rusos y croatas.

Lo más decepcionante de España fue que, con el partido resuelto, Del Bosque no probara algo diferente con los cambios. Haber propuesto una variante táctica, por ejemplo jugar con un solo mediocentro o poner a dos delanteros. Pero los cambios fueron hombre por hombre. Vimos debutar a Javi Martínez, el mejor talento para el futuro, y actualmente el mejor central de España, puesto que ni Piqué ni Ramos están en sus mejores versiones. Como mediocentro tampoco tiene nada que envidiar a Busquets y a Xabi Alonso. Es más, quizás pueda combinar el trabajo de ambos en una sola persona.

Cazorla entró por Iniesta, pero apenas pudo demostrar nada. España ya ganaba cuatro a cero, y el equipo se dedicó a conservar el balón, pues tampoco el rival (noble y con una afición envidiable) merecía una humillación. Una pena para el jugador del Málaga. Y por último, en el cambio más decepcionante, Torres se fue y entró Cesc, intercambiando sus papeles del primer encuentro, con la diferencia de que en esta ocasión Cesc sí que consiguió marcar, aunque de nuevo no son situaciones comparables. Juegue quien juegue, los dos son buenas opciones. Torres busca mejor los espacios y Cesc puede ayudar más en la creación. De todas formas, es decepcionante que Del Bosque no pruebe a Llorente, el mejor delantero español esta temporada.

En fin, un partido sin mucho que decir. España dominó y ahora se jugará la clasificación contra Croacia. Es presumible que Italia gane a Irlanda. Es muy superior, pero desde hace unos años, la azzurri tiene un enorme problema para cerrar sus partidos. Los transalpinos tienen que ganar y esperar una victoria de España o Croacia. Los de Del Bosque son muy superiores, pero habrá que ver con que disposición se toman el partido, qué riesgos deciden tomar. Un grupo en el aire donde los tres equipos merecen pasar.

jueves, 14 de junio de 2012

Euro 2012. Segunda jornada Grupo B


Mi intención era hacer un seguimiento diario de la eurocopa, pero por razones que no vienen al caso, la cobertura será intermitente y según las ganas que tenga de escribir. Aquí comento los dos interesantes partidos del grupo B, el llamado "grupo de la muerte".

En el primero, Portugal se la jugaba. Si perdía estaba eliminada. Salió mejor que Dinamarca, que tuvo el contratiempo de perder a su mejor hombre de la primera jornada, Zimling, por lesión. El desconcierto le afectó bastante y Portugal, aunque fuese solo por empuje, se fue haciendo con el partido. Y llegaron los dos goles. En el primero, Pepe imperial de cabeza en un córner. Y el segundo, anticipación de Postiga a un centro raso de Nani. El que no aparecía por ninguna parte, salvo para perder balones y fallar ocasiones, era Cristiano Ronaldo. Todo lo contrario que sus dos compañeros del Madrid, Pepe y Coentrao, que fueron con diferencia los mejores de Portugal en todo el partido.

Pero la selección lusa empezó a remolonear y en lugar de tratar de rematar el partido ante una debilitada selección danesa, quiso enfangarlo con su habitual defensa de siete. Los cuatro de atrás más el trio de mediocentros que no está terminando de funcionar, especialmente por el bajo nivel ofensivo de Meireles en el campeonato. Arriba tenía a Cristiano y a Nani tratando de cazar alguna, y a Postiga perdido en la indiferencia. En Dinamarca, sin Zimling, Kvist tenía que hacer el trabajo de los dos. Poulsen, el lateral, estaba muy lejos del nivel de su primer partido, al igual que Krohn-Dehli. El que aparecía un poco más es Eriksen, la estrella del Ajax al que todavía se le espera en esta eurocopa. El mejor jugador de Dinamarca fue sin duda Lars Jacobsen, el lateral derecho, que protagonizó todas las jugadas de ataque con peligro de Dinamarca, desgraciadamente poco ayudado por un terrible Rommedahl que pide a gritos la jubilación. El duelo de Jacobsen y Coentrao fue apasionante, ya que ambos tenían que atacarse y defenderse en ambos campos, ante la desaparición de sus compañeros de banda (Cristiano y Rommedahl).

Fue en una impecable jugada de Jacobsen cuando llegó el primer gol de Dinamarca, al borde del descanso. Un quiebro buenísimo, se mete hacia el centro del campo y parece que cuando ya está muy cerrado, encuentra un pase a Jacob Poulsen que se saca un centro tremendo al segundo palo, donde está Krohn-Dehli que, con la cabeza, asiste a un desatendido Bendtner, que remata a placer. Dinamarca se vino arriba con este gol, pero le faltó mayor seguridad en la posesión, más regularidad, para llegar con peligro constante al área portuguesa. Así se fue consumiendo la segunda mitad. Faltaba en los daneses un hombre de banda, ya que Poulsen no estaba bien y Jacobsen parecía a cada minuto más cansado. Krohn-Dehli ya se había venido al centro y Rommedahl no hacía nada. En Portugal, trataban de salir al contraataque, pero su principal enemigo era Cristiano Ronaldo, perdido en jugadas imposibles y en comportamientos egoístas. El segundo gol de Dinamarca llegó con una nueva penetración de Jacobsen, que con un centro larguísimo encontró la cabeza de Bendtner, poniendo las tablas en el marcador.


Entonces, la rácana Portugal volvió a salir al ataque, por obligación y demostró que tenía más que Dinamarca. Es triste que tirase casi todo el partido por esa falta de seguridad, por no querer llevar la iniciativa en ningún momento. Los últimos 10 minutos fueron portugueses, y eso que tuvieron que hacer frente a más errores de Cristiano Ronaldo. E incluso casi les cuesta la victoria, porque en la jugada del gol definitivo, Varela va a rematar al balón y se encuentra delante a Cristiano, por lo que no puede golpear bien. Tiene la suerte de que el balón se le queda muerto y con la pierna derecha fusila la portería. Era el minuto 86 y Portugal seguía viva, pese a que se volvió a echar atrás los últimos cinco minutos y dio alguna opción a Dinamarca.

En el otro partido, Holanda tiró todo el primer tiempo debido a sus enormes problemas de creación. Es un equipo partido en dos. Quienes tienen que unirlos son Van Bommel y De Jong, dos jugadores que en los últimos años se dedican a destruir más que otra cosa. Como siempre, Van Bommel tuvo que terminar el partido con cuatro o cinco amarillas, pero sólo le pitaron una. Y De Jong, pues a lo suyo también. Es un jugador indigno de Holanda. En el banquillo, Van Marwijk deja a Strootman, el hombre con el que jugó casi toda la fase de clasificación, con resultados admirables. Puede que el de PSV no sea un medio de enorme calidad, pero sí tiene mayor criterio que los dos carniceros que parecen inamovibles en esta Eurocopa.

Alemania tiene los mismos problemas que Holanda. Una pareja de mediocentros demasiado plana y previsible, pero que al menos sí que dan cierto equilibrio. En general, Alemania es un equipo mejor construido. Además, tiene un descorchador ejemplar como Mario Gómez, que metió dos goles para resolver el partido, pero que además se fajó con un esfuerzo físico descomunal, bajando a defender hasta su propia área en jugadas de transición y moviéndose de banda a banda para acompañar los ataques. Impresionante. De no existir el gran Zlatan Ibrahimovic, estaríamos hablando del gran delantero del año. Pero habrá que ver hasta dónde puede llegar Alemania para saber si Super Mario puede ser candidato al balón de oro.

Con dos a cero, Alemania se dedicó a administrar. Y en esas labores tiene a uno de los mejores, Bastian Schweinsteiger, que si bien resta cuando su equipo tiene que ir a por la victoria ante una defensa bien cerrada (Portugal), suma cuando hay que cerrar los partidos, a base de comerse todo el centro del campo y de soltar pases milimétricos de un lado a otro del terreno del juego. El ritmo del partido lo marcó Schweinsteiger, pero su despliegue no tuvo respuesta en el resto de compañeros. Ni Podolski, ni Müller ni Özil están al nivel del mundial. Sí, se ofrecen mucho y no evitan responsabilidades, pero les falta condición física. Temporadas muy largas para ellos. Özil desbordado en el Real Madrid, al igual que muchos de sus compañeros (solo hace falta ver cómo están Xabi Alonso y Cristiano Ronaldo). Müller, entre lesiones, terminó jugando dos finales y disputando la Bundesliga casi hasta la última jornada. Y Podolski vivió el drama del descenso con el Colonia. Es una pena que Löw no pruebe todo lo que tiene en el banquillo. Con dos a cero hubiera sido el momento de darle la oportunidad a los Gotze, Reus o Schürrle, pero entraron los más previsibles Kroos y Bender. El primero por Schweinsteiger, que dio una exhibición en la segunda parte, pese a jugar con molestias.


Mención aparte merece el que está siendo uno de los jugadores del torneo, sino el mejor. Mats Hummels es ese central superclase que mejora todo lo conocido hasta ahora. Tiene una enorme calidad técnica, velocidad de delantero y contundencia física de los mejores centrales. Es una demostración de superioridad cada vez que toca el balón. Lo único comparable es el Javi Martínez de sus mejores momentos, como aquel Europeo sub-21 del año pasado en el que parecía que podía ganar solo los partidos. Hummels hace lo que quiere, y tienes la sensación de que podría hacer más de no respetar los modos del fútbol. Pero él construye todas las jugadas de Alemania siempre que recibe.

Pero el poderío y la constancia de Alemania encontró respuesta en la electricidad de Holanda en el segundo tiempo. Van Marwijk dio entrada a Van der Vaart y a Huntelaar por Van Bommel y Afellay en el descanso. Perdió posesión de balón (que había sido inútil en la primera parte) y ganó verticalidad. Pero el juego holandés tiene nombre y apellidos: Wesley Sneijder, ahora mismo el mejor mediocentro del mundo con Andrea Pirlo, que se pasó un año de vacaciones en el Inter, marginado por Gasperini y Ranieri. Sneijder supremo conseguía tirar de una Holanda deficitaria en construcción de juego. Dio toda una lección de pases, de apertura de juego desde la banda izquierda. Todas las ocasiones claras de Holanda fueron por pase o remate de Sneijder. En la jugada del gol, sin embargo, un pase de Sneijder que rompe la presión en el centro del campo alemán, llega a un Van Persie de espaldas al defensa. Con un gran movimiento, Van Persie se gira y en carrera remata desde fuera del área con la diestra. Un golazo del delantero del Arsenal, que hasta el momento estaba impetuoso, pero poco determinante. Mejor, de todas formas, que sus compañeros de ataque Huntelaar y Robben, que terminó siendo sustituido por Dirk Kuyt.

Holanda lo intentó, pero Alemania tenía las cosas demasiado claras. Muy bien asentada en el campo frente al caos orange, que sólo tiraba de un Sneijder superior, pero insuficiente. Pese a la derrota, Holanda todavía tiene opciones de clasificación si gana a Portugal y Alemania hace lo propio con Dinamarca. Los germanos tienen la clasificación en la mano, e incluso perdiendo pueden pasar como primeros de grupo. Lo que veo más lógico es un empate de alemanes y daneses que les daría la clasificación a ambos, ya que no creo que Portugal gane a Holanda.