viernes, 3 de febrero de 2012

Fanatismo encubierto

Gracias a internet, los amantes del deporte podemos acceder casi a cualquier competición televisada del mundo. Y a veces ni siquiera hay que ir a páginas que ofrecen en streaming contenido de pago de manera ilegal. En muchas ocasiones son los propios operadores televisivos los que ofrecen su programación en abierto. Esto ha sido una bendición para los aficionados al ciclismo, pero también es importante para el caso del baloncesto. Si antes estábamos obligados a ver siempre los partidos del Real Madrid por decreto, ahora gracias a la programación en streaming de TV3 podemos ver los partidos del Barcelona en Euroliga. Así se solventa otro de los inconvenientes, que era aguantar a los deficientes comentaristas de la tele pública. Pero como nada es perfecto, de los limitados comentaristas de TVE, pasamos a la narración forofista de TV3.

Sin embargo, lo ocurrido en el partido que disputaron ayer el F.C. Barcelona contra el Zalgiris Kaunas ocurrió algo realmente curioso. Los comentaristas no narraron de manera interesada el partido en clave barcelonista. Todo lo contrario, criticaron el mal juego del equipo blaugrana durante la primera mitad (y su intermitencia durante el tercer cuarto), excusando del resultado desfavorable al trío arbitral, al que incluso señalaron como demasiado casero, debido al enorme desnivel de faltas señaladas. No, lo que hicieron fue mucho peor y mucho más injustificable. Durante el transcurso de un tiempo muerto, la realización se fijó en la presencia en la grada de Pep Guardiola, que estaba viendo el partido junto a sus hijas. Tras comentar lo guapa que era una de las hijas del entrenador, comenzaron a cubrir de elogios la figura de Guardiola, al que trataron como un visionario, además de como una persona elegante y educada. Y ahí empezó el horror, porque no les valió con ensalzar la figura de Guardiola, sino que a partir de eso comenzaron a derribar a su archienemigo Mourinho, tratándolo como el némesis de Guardiola, el que hace todo aquello que no se debería hacer. Por suerte, los tiempos muertos duran apenas un par de minutos en el baloncesto, con lo que el dúo de narradores no pudieron continuar con su injustificable ataque y derribo al entrenador del Real Madrid y volvieron a tratar las circunstancias del juego.

La verdad es que, sin ánimo de defender a Mourinho, no sé qué pensarían los ciudadanos de Catalunya que son aficionados al Real Madrid. Está claro que Mourinho no es un modelo de comportamiento, pero no creo que la televisión pública catalana, durante la retransmisión de un partido de baloncesto, sea el lugar indicado para juzgar la actitud del entrenador de fútbol de un equipo. Se puede entender la defensa de Guardiola en cuanto a su presencia en el pabellón, pero el ataque al entrenador del Real Madrid solo puede entenderse como un ejemplo de oscuro fanatismo y, lo que es peor, adoctrinamiento.

Respecto al partido, señalar que el Barça empezó fuerte, pero pronto cayó en la arbitrariedad de lanzamientos, jugándose canastas imposibles. Cuando trató de rectificar en el segundo cuarto, el Zalgiris había asentado su defensa y dominaba los rebotes, además de atascar el juego del Barcelona con una defensa muy cerrada. Esto último tuvo un problema para el equipo lituano, una acumulación enorme de faltas, quizás excesiva gracias al arbitraje casero, pero que permitió al equipo catalán evitar que los lituanos se alejaran demasiado en el marcador. La renta del Zalgiris nunca fue excesiva. Al descanso el Barcelona únicamente estaba uno abajo.

El equipo de Xavi Pascual tuvo un grave problema en la dirección de juego. Un Marcelinho intermitente y un Sada lejos de su mejor forma, obligaron al entrenador culé a ensayar con Navarro en la posición de uno. Se perdía estrategia y movimiento de balón, pero ganó calidad. Entre Lorbek y Navarro consiguieron poner al Barça por delante en el tercer cuarto, con una renta tranquilizadora. Aunque tras un par de minutos de frustración atacante, Lorbek se fue al banquillo y eso permitió respirar a Zalgiris, que en este periodo tuvo como mejores armas el lanzamiento esterior de Delininkaitis, la explosividad de Weems y la presencia de Rakovic, por mucho que estuviera errático de cara al lanzamiento.

Aún así, el Barça no dio oportunidad en el último cuarto, que inició con un inapelable parcial de 8-0 gracias a una jugada de tres de Eidson y a un triple de Wallace. Fue el Barça anotando de tres en tres, con Navarro, Eidson, Wallace y Marcelinho, mientras Zalgiris se atascaba en la zona con un Ndong que estuvo cada vez más dominador según avanzaba el partido. Los últimos minutos del partido se jugaron con los culés conservando siempre una diferencia de diez puntos, para finalizar con el 94-80 definitivo, que supone la tercera victoria en tres partidos del Barcelona en la fase final de la Euroliga, además de conseguir una renta bastante amplia para la vuelta en Kaunas. No están las cosas fáciles para los blaugranas, que aún haciendo todos los deberes es posible que se lo tengan que jugar todo en casa del Bennet Cantú para ser primeros de grupo. Y aún consiguiendo esta posición, tendrán que disputarse su plaza en la Final Four presumiblemente contra Panathinaikos, su verdugo en la pasada edición, en circunstancias similares.

En el grupo en el que juegan los otros tres equipos españoles que sobreviven en la competición, el Unicaja perdió en casa contra el Montepaschi Siena por un abultado 68-91, mientras que el Real Madrid se impuso al Bilbao por 89-73. La primera plaza parece clara para el equipo italiano, que arrasó en sus visitas a Madrid y Málaga, superando con nota su difícil calendario inicial. El Real Madrid únicamente puede apelar a una victoria por 20 puntos en Siena o esperar que el equipo de McCaleb tropiece contra alguno de los otros miembros del grupo. Quedar primero tiene el premio de evitar al imbatible CSKA de Moscú, el único e indiscutible favorito para ganar esta edición de la Euroliga. En la jornada de ayer se deshizo con insultante facilidad del Galatasaray, tanta que su mejor jugador, Andrei Kirilenko, ni siquiera disputó un solo minuto en el último cuarto. El partido empezó con un parcial de 10 a 0 para los de Moscú y a partir de ahí se dedicaron a administrar esa diferencia sin muchos problemas.

Cuando termine la fase de grupos trataré de hacer un análisis más amplio de la Euroliga y su importancia en el contexto del baloncesto internacional, como alternativa a la predominante (y superior) NBA, aprovechando además que hace unas pocas semanas se ha anunciado su cambio de formato para la próxima temporada, en su largo y agónico camino hacia una liga europea más cercana a la fórmula que ha triunfado mundialmente en EEUU.

No hay comentarios:

Publicar un comentario